Si quieres vivir un salto atrás en el tiempo en tu viaje a Sri Lanka, te recomiendo que te pierdas por las calles del viejo fuerte de Galle en el suroeste de esta isla. Te sentirás como uno de esos marinos europeos que desde el siglo XVI hicieron de esta población el mayor puerto comercial de Sri Lanka.
Tras nuestro paso por Negombo y Bentota, Galle fue nuestra tercera parada en nuestro recorrido de un mes por Sri Lanka.
La totalidad de los viajeros con los que nos encontramos en esta isla coincidieron en afirmar lo mismo: A todos les hubiera gustado haber pasado más tiempo en esta localidad.
¿Qué tiene de especial Galle que es capaz de seducir a todo el mundo?
Aquí no encontrarás grandiosos monumentos, kilómetros de playas de arena blanca, parques naturales, centros comerciales o fiestas y vida nocturna...
Lo que sí encontrarás es un lugar para ser disfrutado sin prisas por todos los sentidos: pasea por el viejo fuerte, párate a tomar un batido de frutas, haz fotos del antiguo faro recortándose sobre las nubes o disfruta de la puesta de sol desde uno de sus bastiones.
Lo bueno del Fuerte es que no es una zona histórica desprovista de vida. Está llena de hoteles, tiendas, cafés, restaurantes… pero que han sabido respetar y adaptarse a la arquitectura colonial, preservando el aspecto original de esta ciudadela. Eso hace que siempre esté animada, un lugar donde locales y viajeros pueden disfrutar de este ambiente tan especial.
¿Qué hace de Galle una ciudad tan especial?
Si te apasiona la Historia como a mi, encontrarás muy interesantes los orígenes de Galle, que están envueltos en multitud de leyendas.
Galle era conocido como el antiguo puerto de Tarshish, del que el Rey Salomón importaba marfil, pavos reales y canela.
Una de las teorías sobre el origen de su nombre dice que viene de Gimhathitha, que significa “puerto cerca del río Gin”, y más tarde como Gaala, que en sinhala es el lugar donde se reúne al ganado.
Otra teoría, aunque menos creíble, dice que Galle viene del portugués “galo”, ya que los marinos portugueses se sorprendieron al ver y oir cantar a tantos gallos en este lugar.
En 1411 se erigió aquí una gran losa de piedra conocida como la Inscripción Trilingüe de Galle, en chino, tamil y persa, conmemorando la visita a la isla del mítico navegante chino Zheng He (puedes ver la original en el Museo Nacional en Colombo).
¿No sabes quién es Zheng He? ¿Te creerías que una flota de barcos chinos bajo su mando descubrió Australia, visitó América 70 años antes que Colón y dio la vuelta al mundo un siglo antes que Magallanes?
Si quieres saber más sobre este capítulo perdido de la Historia, te recomiendo que leas el libro de Gavin Menzies “1421: El año en que China descubrió el mundo”:
En 1502, una pequeña flota portuguesa con rumbo a las Maldivas se desvió de su rumbo a causa de una tormenta y acabó en esta parte de Sri Lanka. Para protegerse del ejército del rey local, estos marinos portugueses construyeron un modesto fuerte que les permitiera comerciar y abastecer barcos con seguridad.
Más tarde, en 1640, los portugueses se vieron obligados a rendir la plaza a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que fortificó la ciudad construyendo el gigantesco muro de granito y los 14 bastiones que aún puedes ver hoy en día, siendo los más famosos los conocidos como “Sol”, “Luna” y “Estrella”.
Los holandeses a su vez tuvieron que ceder el fuerte al Imperio Británico en 1796, cuyos representantes en Galle preservaron el fuerte usándolo como centro administrativo del sur de Sri Lanka hasta la independencia de la isla.
Qué ver Cómo disfrutar en Galle
Olvida las prisas y los lugares emblemáticos para ir tachando de la lista y vive Galle a tu ritmo mientras construyes tu propia experiencia única. Por eso he cambiado el título a “cómo disfrutar Galle”, para que la saborees como se merece.
A continuación te cuento lo que vimos y vivimos nosotros para que te resulte de inspiración en tu recorrido por los viejos muros de esta ciudad.
Empezamos curioseando los puestos del mercado de pescado en la parte oriental de la ciudad, donde encontramos un montón de marisco y peces de todos los tamaños y colores provenientes de estas aguas tropicales.
Una vez más, nos volvió a sorprender la amabilidad de los locales, que con una sonrisa me permitieron hacer fotos en todos los puestos mientras me preguntaban de dónde era (es increíble cómo los equipos de fútbol ayudan a poner ciudades en el mapa…).
Desde allí puedes caminar a lo largo de todo el Marine Walk, intentando averiguar el significado de sus extraños monumentos y viendo cómo los marineros descansan en sus barcos tras una larga noche de pesca mar adentro.
Nosotros entramos al Fuerte por la entrada antigua, la Old Gate, en la parte oriental de la pequeña península donde se construyó este baluarte, y al salir al otro lado del túnel pareció que habíamos aterrizado en otra época y lugar, de no haber sido por la eterna presencia de los tuk tuks.
Suelos adoquinados, edificios coloniales de una planta, iglesias cristianas… parecía que habíamos aterrizado en una ciudad europea de la época de los descubrimientos…
Y todo ello rodeado por una de las murallas más largas y sólidas que se conservan de esa época, no por nada es el mayor fuerte construido por europeos en todo el continente asiático.
Estos muros centenarios resistieron incluso el embate del tsunami que en diciembre de 2004 asoló esta parte del mundo, partiendo la ola gigantesca en 2 mientras protegía a los habitantes refugiados en el recinto y buena parte del patrimonio cultural (peor suerte corrió la gente de la zona nueva, donde las víctimas se contaron por miles…).
Una vez dentro de la muralla, te recomendamos caminar sin rumbo fijo y dejar que tu instinto y curiosidad te dicte el camino. Sólo así podrás concentrarte en absorber el encanto de sus estrechas calles de piedra, descubrir un pequeño café escondido, o escribir una postal desde alguna de sus zonas verdes mientras ves pasar a alegres familias srilanquesas, monjes con túnicas y curiosos turistas.
Tarde o temprano te encontrarás con alguna de sus principales atracciones:
- Antiguo Faro: El más antiguo de toda Sri Lanka, que se remonta a 1848. A sus pies encontrarás una pequeña playa en la que darte un chapuzón en sus aguas transparentes. Es el lugar perfecto para regalarte un merecido descansito después de patear el fuerte durante horas, ¿no crees?
- Mezquita Meeran Jumma Masjid: Te sorprenderá saber que dentro de los blancos muros de esta antigua iglesia, hoy se encuentra la principal mezquita de Galle. Sri Lanka es un ejemplo único de cómo religiones tan diferentes como el cristianismo, el islam, el budismo y el hinduísmo pueden convivir pacíficamente en el mismo espacio.
- All Saints Church: La Iglesia anglicana de Todos los Santos, con un colorido estilo victoriano adaptado a este clima tropical.
- Groote Kerk: Iglesia construida a partir de 1682 por holandeses reformistas, que ocupa el lugar más elevado dentro del fuerte, a 12 metros sobre el nivel del mar.
- Torre del Reloj: Situada en el Bastión de la Luna, se construyó gracias a las donaciones de los pacientes del Dr Anthonisz, un médico del siglo XIX, a quien está dedicada esta torre.
- Museo Arqueológico Marítimo: Es el sucesor del Museo Nacional Marítimo, completamente destruido por el tsunami de 2004 y donde se perdió el 80% de su colección de antigüedades. El actual museo abrió sus puertas en 2010 con ayuda económica de Holanda.
- Old Dutch Hospital: Uno de los edificios más antiguos que se conservan en el Fuerte. Hoy, en vez de médicos y pacientes, es frecuentado por gente de todo el mundo que acude a disfrutar de las tiendas y restaurantes que se han abierto dentro de esta estructura.
Te dejo un mapa con los principales lugares por los que pasamos por si te sirve de ayuda:
Si me conoces, sabrás que no pierdo la oportunidad de disfrutar y fotografiar una puesta de sol, y en Galle no faltan lugares para contemplar este espectáculo de la naturaleza. Desde el Flagrock Bastion, que te indico en el mapa, puedes fotografiar esta escena:
Dónde comer en el Fuerte de Galle
En el Fuerte tienes un montón de opciones para hacer una pausa en tu ruta y recuperar fuerzas en algún café o restaurante. Los hay de todos los estilos y para todos los presupuestos.
Nosotros probamos el Indian Hut (lo tienes en el mapa de arriba), un restaurante muy económico y con unas vistas fantásticas. Elijas lo que elijas tu boca será feliz con las sabrosas combinaciones de especias con las que cocinan cada plato.
Más tarde probamos un snack local en una zona verde donde hay varios puestos de comida (de nuevo, lo tienes indicado en el mapa). Allí puedes tomar un zumo de frutas y algo de picar: elegimos una especie de donut llamado ware, relleno de masa, verdura y especias picantes.
Dónde dormir en Galle
Las opciones de alojamiento dentro del Fuerte suelen ser bastante más caras que en el resto de Sri Lanka, por lo que si vas justo de presupuesto te recomiendo que te alojes en la zona nueva, fuera de la muralla.
Al hacer clic en este botón mágico, te ahorrarás 15€ en tu próxima reserva a través de Booking:
Si quieres darte un capricho, dentro del Fuerte encontrás varios hoteles boutique en antiguas mansiones reformadas.
Pero lo que hicimos nosotros fue irnos un poco más lejos para vivir una experiencia única: A un corto viaje en bus de distancia se encuentra Templeberg Villa, una mansión colonial holandesa de 1864 que era una antigua plantación de cocos.
Siguiendo el estilo de las antiguas casas de los comerciantes, aquí encontrarás habitaciones con camas de dosel y altos techos de vigas de madera, desayunos servidos en antiguos salones decorados con objetos de antaño que sólo puedes encontrar en museos… y toques más modernos como la piscina en medio de la selva desde la que puedes ver cómo el sol se oculta por el horizonte mientras los monos saltan a tu alrededor.
Fue como viajar en el tiempo sin tener que renunciar a las comodidades de hoy en día. Parte de este artículo lo escribí meciéndome en esta hamaca mientras rellenaba mi taza de café, escuchando los relajantes sonidos de la selva que rodea la villa.
¿Con ganas de visitar Galle?
Recuerda programar un día más en tu visita para que no te lamentes, como el resto de viajeros, por no haber pasado más tiempo en esta tranquila localidad.
Si tienes preguntas, dudas o ya has estado aquí y quieres compartir tu experiencia, los comentarios son todo tuyos.
Mi estancia en Templeberg Villa ha sido fruto de una colaboración, y mi opinión es sincera y personal ya que valoro mi credibilidad por encima de todo.
Algunos de los enlaces de este post son links de afiliado, y me ayudarás a conseguir un pequeño porcentaje si compras a través de ellos, sin coste extra para ti. Esto me ayuda a continuar creando contenido para el blog, así que ¡muchas gracias por tu apoyo!
Deja un comentario