Doi Inthanon: El techo de Tailandia

¿Sabías que en Tailandia se puede pasar frío? ¿Y que la famosa cordillera de los Himalayas llega hasta este país tropical del sudeste asiático? Quiero presentarte el Parque Nacional de Doi Inthanon, uno de los lugares más curiosos e interesantes que puedes visitar en el norte de Tailandia.

Ya sabes que nos gusta visitar cada lugar por nuestra cuenta, aunque en esta caso hemos hecho una excepción y hemos visitado Doi Inthanon en un tour organizado por Stay in Chiang Mai​.

La razón es sencilla si haces números: si quieres ir por tu cuenta, tienes que alquilar una moto, pagar la entrada al parque, comer… y eso sin contar las más de dos horas de viaje que separan el centro de Chiang Mai de Doi Inthanon.

Vimos que iba a ser casi imposible ver todo lo que ofrece este tour en un sólo día si queríamos montárnoslo por nuestra cuenta, así que en este caso valió la pena dejar que otros se encargasen de todo mientras nosotros nos ocupamos de disfrutar de las principales atracciones del parque.

Este Parque Nacional de la provincia de Chiang Mai, conocido con el sobrenombre del Techo de Tailandia, ocupa una superficie total de 482 km2.

Quedé muy sorprendido al saber que el parque es parte de la cordillera de los Himalayas, de hecho es la parte más oriental de esta famosa cadena de montañas.

Su pico más alto, Doi Inthanon, se eleva hasta los 2565 metros de altitud, por lo que te encontrarás a lo largo de todo el año con tiempo frío y un índice de humedad bastante alto. No te olvides de llevar una chaqueta, ya que normalmente aquí no se sobrepasan los 10º. Un agradable contraste si vienes aplatanado por el calor reinante en la ciudad de Chiang Mai.

Doi Inthanon debe su nombre al rey Inthawichayanon (también llamado Inthanon), uno de los últimos reyes de Chiang Mai (reinó a finales del siglo XIX). Este rey de conciencia ecologista no fue ajeno a la importancia de preservar este legado natural para las generaciones futuras, y en honor a todas las acciones que llevó a cabo para preservar este ecosistema, se renombró así al parque. Respetando su deseo, sus restos mortales descansan hoy en el recinto del parque.

Estas son las principales atracciones que vimos en nuestro tour de Doi Inthanon:

Tras las más de dos horas de viaje desde que el minibús nos recogió en nuestro apartamento en Chiang Mai, y tras franquear el primer checkpoint militarizado del Parque, llegamos a estas cataratas, para nosotros las más impresionantes de las dos que vimos.

Puedes acercarte casi hasta la base de esta cascada de 50 metros, donde hay un pequeño mirador. Eso sí, prepárate para mojarte, porque el viento y la fuerza de la caída hace que el  agua se esparza en todas direcciones. De hecho fue muy complicado hacer fotos ya que el objetivo se llenaba de gotas todo el tiempo. Pronto desisití de utilizar filtros para hacer fotos de larga exposición.

Ten cuidado al bajar por el camino hacia el mirador, ya que las piedras mojadas son perfectas para dar un resbalón y caerse, y no es la mejor forma de empezar la visita al parque, ¿verdad?

La verdad, no sabía qué esperarme sobre esta visita, pero desde luego no fue lo que me encontré: Nada más llegar a la aldea, situada en un desnivel de una montaña y donde las casas de madera se construyeron a diferentes alturas, nos metieron en un largo edificio que hacía de tienda para enseñarnos cómo unas mujeres manejaban un gran telar e intentar convencernos para comprar algunas de las prendas de tejidos multicolores que ocupaban todas las paredes.

Tras un par de minutos salí de allí para ver el resto de la aldea, saludar a sus habitantes e intentar atisbar algo de las costumbres locales.

La verdad, de aldea de tribu de montaña queda más bien poco: De los tejados de las casas construidas sobre postes de madera sobresalen antenas parabólicas, y al lado de cada casa hay aparcada una camioneta o varias motos. Varias de las casas han montado una pequeña tienda en la entrada ofreciendo productos típicos de la zona, sobre todo café ecológico.

Aquí se puede abrir un debate interesante: ¿debemos dejar “aisladas” a estas comunidades para que no se pierdan sus costumbres ancestrales y por la riqueza antropológica que supone? ¿O por el contrario debería abrírseles las puertas a los avances tecnológicos de la cultura occidental para mejorar su calidad de vida? La polémica está servida, cada uno tiene su opinión sobre un asunto tan subjetivo. Yo desde luego me fui con un sentimiento agridulce, ya que no vi nada genuino y en cambio sí noté la presión “mercantilizadora” para que compráramos algo antes de continuar nuestra ruta. Por lo menos me llevé unos cuantos retratos interesantes después de saludar e intercambiar unas pocas palabras con los locales con mis terribles aptitudes para hablar thai.

Para llegar a esta cascada de 40 metros en el medio de la selva se ha construido una pasarela de madera que salva el terreno irregular y termina en una gran plataforma elevada con vistas a este salto de agua.

Al contrario que con la cascada de Wachirathan, aquí no puedes acercarte, por lo que desde la distancia prudencial que ofrece la plataforma de madera puedes hacer fotos sin peligro a mojarte (o tu cámara).

La siguiente parada de la ruta fue el mercado de productos locales de la comunidad Hmong que habita en las montañas de Doi Inthanon. A pesar de la amplitud de su superficie, en casi todos los puestos se ofrece prácticamente lo mismo: miel, frutos secos, verduras, fruta presentada de varias formas (fresca, frita, azucarada, en zumo…) y algún licor de frutas destiladas.

Es interesante ver a las mujeres Hmong ataviadas con los trajes típicos, yo desde luego aproveché para inmortalizar a varias de ellas, aunque me quedo con la pregunta de cuánto de todo esto es real o sólo apariencia para llenar las demandas de los turistas…

Llegó el momento “cumbre” del tour (tengo un problema con los chistes malos lo se), visitar el punto más alto de Tailandia:

Nuestro minibús se detuvo en un mirador al lado de la carretera, que es donde empieza la pequeña ascensión hasta el letrero anunciando los 2565 metros de altitud.

Las vistas tienen que ser impresionantes, pero debido a los súbitos cambios de tiempo a estas altitudes, se levantó una niebla que nos impidió disfrutar de las vistas. Por lo menos no estaba lloviendo, algo bastante habitual en este punto del parque.

Creo que el Rey Inthawichayanon ha encontrado un buen lugar donde disfrutar de su descanso eterno: sus restos mortales están en un pequeño mausoleo en el medio de la selva, rodeado por esculturas de elefantes de piedra recubiertas de musgo y siempre agasajado con ofrendas de flores frescas llevadas por visitantes tailandeses. Y es que en Tailandia se toman muy en serio a su monarquía, y las muestras de respeto y devoción son una constante que te encontrarás en tu visita a este país.

Siguiendo una pasarela de madera que zigzaguea entre los inmensos árboles, pronto llegamos al cartel que anuncia que estás en el punto más alto de Tailandia. Aquí es obligatorio hacerse una foto, así que le dimos la cámara a nuestra guía para que nos inmortalizara para la posteridad en tan insigne lugar.

Nota: El cartel en inglés NO está en el punto más alto. Tienes que seguir la pasarela de madera hasta la señal que está sólo en tailandés, ese es el auténtico punto más alto del Reino de Tailandia.

Al terminar el breve paseo por la jungla te encontrarás con un centro de visitantes que llama la atención por lo moderno de sus instalaciones y por sus buenas explicaciones, ahí encontrarás un montón de información sobre la geografía, geología y fauna de Doi Inthanon.

Leyendo sus paneles y sus maquetas nos enteramos de que hay 362 especies diferentes de aves en Doi Inthanon, y que aunque ya no hay grandes mamíferos como elefantes o tigres, sí puedes ver jabalíes, gibones o ciervos campando a sus anchas.

Como ya he dicho antes, la monarquía en Tailandia es un asunto serio al que sus súbditos demuestran el máximo de los respetos.

El recientemente fallecido rey Bhumibol Adulyadej, que era objeto de múltiples muestras de pleitesía y devoción, fue agasajado con un inusual regalo de cumpleaños: En su 60 aniversario se erigió un chedi (pagoda) en su honor, en el año 1987. Unos años más tarde, en 1992,  para evitar los celos de su esposa, se construyó un segundo chedi en honor a la reina Sikirit.

Además los alrededores de estos dos promontorios se han convertido en una zona ajardinada con setos podados de diferentes formas, estanques y muchas flores que aportan una nota de color al conjunto.

Una vez más, el tiempo de montaña nos impidió ver el recinto en todo su esplendor. Una espesa niebla bajó con rapidez engullendo todo lo que se le ponía a la vista, y hasta las imponentes pagodas desaparecieron de nuestra vista. Menos mal que pudimos hacer unas cuantas fotos antes de que no pudiéramos ver mas allá de 4 metros…

En el interior de las pagodas podrás ver que las paredes están cubiertas de bajorrelieves. Me pareció muy divertido ver grandes relieves en piedra de la Estatua de la Libertad, el Big Ben, el Coliseo de Roma… haciendo alusión a los viajes oficiales de los monarcas. O el símbolo de Volkswagen esculpido en piedra en uno de los jeeps de un desfile militar.

Imagino que dentro de miles de años, si hay un cataclismo y alguien encuentra las ruinas de estas pagodas, se preguntará con asombro por el significado místico de ese extraño símbolo en un vehículo tan arcaico :).

Este tour a Doi Inthanon ha sido fruto de una colaboración con Stay in Chiang Mai; mi opinión es sincera y personal ya que valoro mi credibilidad por encima de todo.