17 trucos fotográficos para tus viajes de 2017

Como viene siendo habitual por estas fechas, todos hacemos nuestros propósitos de año nuevo: perder peso, mejorar un idioma, dejar de fumar... Si para el 2017 te propones hacer mejores fotos, te lo voy a poner fácil con estos 17 trucos fotográficos para que vuelvas de tu próximo viaje cargado de impactante material con las que sorprender a los tuyos.

No te asustes porque son fáciles de poner en práctica, y una vez que los hayas memorizado, te saldrán de manera natural. ¡Tus fotos no volverán a ser las mismas! Incluso podrías plantearte empezar a vender tus fotos online.

Para ello te voy a poner 17 ejemplos de mis fotografías de viajes para que 2017 sea el año en que las tuyas pasen de “psé” a “wow!”. ¿Preparado?

Cuando estás de viaje y todo te parece exótico, te sientes tentado de hacer fotos de todos los paisajes por los que pasas. Pero al ver después la foto en tu pantalla, te das cuenta que no refleja todo el encanto del paisaje original y los elementos aparecen demasiado lejanos.

Para solucionarlo, introduce un elemento de interés en el primer plano de la foto, en uno de los laterales, para que sirva como introducción a la escena paisajística. Esto hará que la composición sea más potente, introduciendo varios niveles de profundidad.

Imagínate esta foto de la bahía de Ha Long borrando mentalmente la barca del primer plano. ¿Verdad que la foto pierde mucho y hasta se vuelve sosa? Ya lo sabes, a partir de ahora, procura dar profundidad a tus fotos con elementos en el primer plano.

Un lago o en calma, o un suelo empedrado después de llover, se convierten en espejos que podemos aprovechar para hacer composiciones con el objeto a fotografiar y su reflejo. Los reflejos son uno de mis tipos de fotos favoritas y siempre intento fijarme para cazar alguno. Si vas entrenando tu ojo poco a poco te convertirás en un cazador experto de reflejos. Pero ¡cuidado! algunos de estos reflejos pueden desaparecer si hay viento o se nubla demasiado el cielo, así que no te duermas y aprovecha el momento cuando lo veas.

Para hacer la foto del reflejo de la pequeña isla de Derryclare Lough en Irlanda tuve que armarme de paciencia y esperar a que el viento hiciera una pequeña pausa, momento en el que el lago se convirtió en un espejo por un minuto.

Para la foto de la Catedral de Valladolid en México, aproveché que el sol se asomó al final de un chaparrón tropical para encuadrar el edificio y su reflejo proyectado en el suelo de piedra.

¿Sabes cual es uno de los espectáculos más maravillosos que puedes contemplar, y además es gratis? Sí, te estoy hablando de los amaneceres. Si eliges un buen paisaje a la hora del amanecer, tu foto será mucho más impactante que si la hicieras al mediodía. Eso sí, procura conocer la posición de los puntos cardinales para saber por qué lado del horizonte va a salir el sol.

Una de las últimas fotografías que hice en 2016 fue la de este amanecer en Calpe, en la Costa Blanca. A pesar de ser un destino muy turístico, la playa estaba completamente vacía al amanecer, una de las ventajas de madrugar. Además me informé de dónde estaba el este situado desde la playa , por lo que pude realizar esta composición con el famoso Peñón de Ifach sabiendo exactamente por dónde saldría el sol.

Las lead-in lines son las líneas que marcan la composición de la foto llenando el encuadre. Puede ser una línea horizontal (el horizonte), una línea vertical o una línea curva o diagonal. Si centras tu foto en una de esas líneas, el ojo humano la seguirá de forma instintiva, y podrás crear sentimientos diferentes: paz y tranquilidad para las horizontales, sensación de altura o profundidad para las verticales, y dinamismo para las curvas o diagonales.

En los dos ejemplos que te propongo, puedes ver cómo en la foto de la vía del tren atravesando el desierto en el sur de Bolivia la línea vertical conduce al ojo hacia el horizonte, mientras que en el caso de las terrazas de cultivos en Písac, Peru, las líneas curvas dan una sensación de fluidez que hace que nos apetezca seguirlas de forma tranquila.

Si sueles ir de viaje a un mismo destino, puedes probar a realizar una foto desde el mismo lugar en diferentes épocas del año, para crear un testimonio del paso de las estaciones. No es lo mismo un paisaje de árboles en primavera que en otoño, y puedes llegar a crear series fotográficas de gran encanto.

En el ejemplo que te pongo puedes ver las diferencias entre el verano y el invierno en esta iglesia de Athenry, un destino al que voy con mucha frecuencia a ver a mi familia irlandesa. La hierba verde del verano y el suelo cubierto de nieve crean un fuerte contraste agradable a la vista.

¿No te ha pasado de estar ante un paisaje espectacular y no poder captar la magnitud de su encanto? Eso es porque a veces una sola foto no es suficiente, y necesitas varias tomas sucesivas que puedas unir posteriormente para crear una fotografía panorámica. Con una sencilla edición con programas específicos para ello, podrás crear tus panorámicas sin tener que romperte la cabeza.

La Laguna Verde, con el volcán Licáncabur al fondo, en la frontera entre Bolivia y Chile, es complicada de abarcar en su totalidad con una sola toma, así que uniendo varias fotos pude crear esta panorámica sin tener que cortar ningún elemento de interés.

Un gran paisaje puede quedar empequeñecido en la pantalla si quien lo observa no tiene ningún punto de referencia para saber la magnitud de lo que has capturado con la cámara. Para ello, nada mejor que utilizar algo que sirva como comparativa del tamaño del paisaje. Una persona o un árbol son puntos de referencia ideales para situar en tu encuadre y hacer que la grandiosidad del paisaje pueda admirarse en su totalidad.

En esta foto del Grand Canyon en Arizona activé el temporizador de mi cámara y me puse a mí mismo de punto de referencia para resaltar la enormidad del paisaje, ante el que quedo empequeñecido como una hormiga.

A todos nos ha pasado: Estamos de viaje y tenemos en mente hacer fotos con las mejores condiciones ambientales posibles; nos levantamos una mañana y ¡oh sorpresa! Está lloviendo o hace mucha niebla. Te dan ganas de cancelar tus planes y mandarlo todo a tomar viento. ¡No lo hagas! Puede que no consigas esa foto soleada que te imaginabas en tu cabeza, pero en cambio puedes aprovechar la oportunidad para hacer otras fotos diferentes, con un punto de misterio y melancolía. ¡Que el mal tiempo no vuelva a ser una excusa para no salir a hacer fotos!

Una mañana me dispuse a subir la empinada pendiente hacia el Castillo de Sesimbra, en Portugal, bajo un sol que no auguraba nada malo. Pero en cuestión de minutos la brisa marina trajo una densa niebla que hizo que al llegar a la cima no pudiera ver casi nada. Al traste se fueron mis planes de fotos panorámicas de la villa costera de Sesimbra, pero a cambio pude realizar fotos como esta enigmática instantánea de las murallas del castillo envueltas en la niebla.

MONUMENTOS

Cuando fotografías un monumento famoso, tu primer instinto es hacer la foto tal cual la has visto en libros y postales. ¿Resultado? Una foto poco original que muchos fotógrafos profesionales han hecho bastante mejor que tú. ¿Cómo solucionarlo? Piensa en un enfoque distinto, rodea el monumento e intenta fotografiarlo desde un ángulo más original, harás que tu foto se diferencia del resto y sea única. Una de las formas de hacerlo es utilizando marcos naturales.

En el ejemplo del Taj Mahal, me fui a uno de sus laterales para usar ese arco como marco natural. En el caso de uno de los templos de Khajuraho (los famosos templos del Kamasutra), utilicé las ramas de los árboles como marco para que diera la impresión de que se encontraba en medio de la jungla.

A veces te obsesionas con capturar dentro del visor toda la estructura del monumento, y cometes el error de no acercarte para contemplar detalles del mismo que resultan también muy interesantes.

Me pasó con los templos balineses de Ubud, que son realmente espectaculares y a los que estuve realizando un montón de fotos desde lejos. Pero al acercarme me fijé en que alguien había dejado una flor como ofrenda a una de las estatuas de bestias mitológicas, y me pareció un buen motivo para destacar ese detalle. Además al procesar la imagen en el ordenador la pasé a blanco y negro dejando la flor en color para que resaltase aún más.

GENTE

Cuando estás de viaje y ves a alguien interesante a quien quieres hacerle una foto, que no se te ocurra plantarle la cámara delante de la cara sin mediar palabra. Primero, le estás faltando al respeto por no pedir permiso, y segundo, va a salir con cara de asustado y vas a conseguir lo contrario de lo que te propones.

Deja tu cámara dentro de su funda, acércate y saluda. Si no hablas el idioma, recurre al lenguaje universal de la sonrisa. De lo que se trata es de hacer sentir cómodo al modelo y ganarse su confianza, para después pedir permiso y, ahora sí, hacer ese retrato. Te saldrán unas fotos con gente en actitud relajada, más naturales, y habrás demostrado ser un fotógrafo viajero con una etiqueta exquisita.

En esta foto tomada en Bohol, Filipinas, me encontré con esta señora paseando por unos arrozales y, como era una maestra de inglés jubilada, tuvimos una interesante conversación en la que me contó su vida y la de sus 5 hijos, con lo cual aprendí mucho de la vida y costumbres filipinas. Antes de marcharse le pedí permiso para hacerle una foto, a lo que accedió encantada, cosa que puedes ver reflejada en su retrato.

Además de posados y retratos, una forma de darle valor a tus fotografías de personas es integrándolas en su entorno cotidiano. Así, los demás podrán ver a través de tus fotos cómo es la vida de allí, las costumbres sociales y las diferencias respecto a su modo de vida. Una buena ocasión para retratar personas es cuando están ocupadas realizando su trabajo, así que no pierdas tu oportunidad y aventúrate en busca de escenas exóticas.

En estas dos fotos que tomé en Kathmandú y en Battambang, Camboya, no sólo retraté a una persona, sino que la foto te da más elementos para saber su profesión, su modo de vida y las diferencias culturales de ambos países y el nuestro.

Si eres de los tímidos que no se atreven a hablar con desconocidos (¡ya te estás planteando superar esa barrera en 2017!), quizás te resulte más cómoda la idea de fotografiar desde la distancia. Para ello, lleva una cámara compacta que no llame demasiado la atención e intenta pasar lo más desapercibido posible. ¡Imagínate que eres un espía y que no debes ser detectado! Así, sin invadir el espacio de las personas ni resultar irrespetuoso, podrás conseguir unos “robados” donde la gente se muestre natural, tal como es y sin posados artificiales. Esto es perfecto para realizar fotografía callejera (street photography queda más cool) e intentar contar una historia con las personas retratadas.

Desconozco qué hacía una chica vestida de novia en esta foto que hice en Ho Chi Minh, pero varias personas me han preguntado si se trataba de una “novia a la fuga” que se lo pensó dos veces antes de dar el sí, quiero y optó por poner carretera de por medio; una historia que aparece en la mente con el único estímulo de una foto.

¿Tu viaje coincide con un fiesta local o acontecimiento social? No lo dudes, es tu oportunidad de estar en el centro de la acción. Estos eventos, al ser exclusivos y limitados en el tiempo, hacen que tus fotos cobren mucho más interés, porque es algo que no se puede ver todos los días. Si dudas, se te habrá pasado la ocasión y lo lamentarás. Además, así aprenderás y vivirás una celebración desde dentro. La próxima vez, coge tu cámara y no te lo pienses dos veces.

Cuando estaba en Cuzco, coincidí con la celebración del Warachicuy, un ritual iniciático inca para jóvenes guerreros que se sigue celebrando una vez al año. Había que sacar una entrada con unos días de antelación, y eran muy limitadas, así que no me lo pensé dos veces y allí me fui. El resultado fue espectacular, cientos de guerreros compitiendo en las ruinas de la fortaleza de Sacsayhuamán, algo que poca gente puede tener la suerte de contemplar.

¿Te atreverías a realizar una foto que contara la vida de una persona partiendo de un detalle de su anatomía que no fuera la cara? Parece difícil a priori, pero si eres observador y te fijas en los detalles, podrás conseguirlo. Un tatuaje, una cicatriz, unos pies desgastados... pueden revelar mucho de una persona sin necesidad de enfocar su rostro. Estate atento y verás cómo puedes captar la esencia de una persona de esta manera.

Las manos de esta anciana denotan una dura vida trabajando la tierra en Huaraz, una de las localidades más pobres de Perú.

En la segunda foto capturé los pies de un peregrino alemán a su paso por Portomarín en el Camino de Santiago, que hablan por sí solos de las penalidades y sacrificios sufridos a lo largo de la ruta jacobea.

Seguro que si te hablo del efecto panning piensas que es una complicada técnica fotográfica al alcance de unos pocos profesionales con caros equipos fotográficos. Pues no te preocupes, porque es una técnica al alcance de todos con la que podrás dotar de sensación de velocidad a tus fotos. Sólo necesitas poner una velocidad de obturación rápida y el disparo continuo para congelar una escena en movimiento. Enfoca y céntrate en el elemento en movimiento y conseguirás congelarlo mientras el fondo se desdibuja, creando esa sensación de dinamismo.

Mientras paseaba por la ciudad imperial de Hue, en Vietnam, me llamó la atención este ciclista transportando un gran bonsai. A pesar de que estaba en movimiento, con los ajustes mencionados anteriormente pude congelarlo y obtener esta escena dinámica.

Cuando hay una ocasión para una gran foto, nadie te va a gritar ¡eh, mira allí, dispara ahora!, ni va a haber unas flechas luminosas indicándote hacia donde tienes que enfocar. Tienes que estar alerta ante cualquier oportunidad de capturar un momento especial. ¿Las claves? Mantener los ojos abiertos y tener paciencia. Si encuentras un buen lugar que merece ser fotografiado, espera para ver si hay algo que pueda hacerlo aún más interesante.

Da Lat es una localidad situada en las montañas de Vietnam, donde los militares franceses retirados construyeron una especie de París en el Sudeste asiático. Hasta cuenta con una réplica de la Torre Eiffel, que quise capturar en el hueco que dejaban estos dos edificios. Cuento estaba preparándome, vi por el rabillo del ojo a un vendedor que iba a cruzar justo por delante, y calculé el tiempo para dispara justo cuando lo tenía centrado con la torre y hacer así la foto más interesante.

En la segunda, foto, estas dos jóvenes llamas del altiplano peruano estaban pastando cuando de repente se pusieron a “jugar” imitando a los adultos. Fue sólo durante unos segundos, pero al tener la cámara preparada pude capturar ese momento a tiempo de compartirlo con el mundo.